Fecha Imperial 978.4M41
La transmisión fue interceptada por los sistemas de la Sésamus Oscurus. Otro Inquisidor. No le sonaba el nombre. Otra irritante solicitud para poner a disposición de la Inquisición su fuerza de combate. Solicitud desestimada.
Pero las cosas a menudo son mucho mas complicadas en el hermético capítulo de los Ángeles Oscuros. El Circulo Interior tiene ojos donde nadie se atreve a mirar y oídos allí donde se dicen cosas que pocos se atreven a escuchar.
Desde los bajos fondos de Commorragh, la Ciudad Siniestra, hasta los pasillos del Palacio Imperial de Terra. Desde las forjas de Marte, hasta las expediciones mercantes en los confines del imperio, el Circulo Interior observa y escucha.
La red de informantes y agentes es sencillamente inabarcable. Todos ellos desconocen la existencia del Circulo y la inmensa mayoría siquiera conoce a quien informa. Capas de oscuridad sobre capas de opacidad. Sombras dentro de las sombras. Complicadas conspiraciones, intrincadas tramas de lealtades y fidelidades.
Civiles, soldados imperiales, astartes, miembros del administratum, xenos. Incluso antiguos componentes de la Legión Alfa, odiada por la Inquisición por su participación en la expansión de cultos heréticos. Pero precisamente por eso, una de las mejores fuentes de información. Sin saberlo, todos ellos son ojos y oídos de una red casi infinita.
Y el hermano bibliotecario Gustaviel era un maestro en el arte de oír lo que sólo se susurra en esa inextricable red de información.
Los susurros hablaban del Capitulo Apocalipsis, posible descendiente del Capítulo Génesis. Viejos conocidos del Señor de la Compañía Espinetiel.
Oficialmente acudirían a Naolous Tertius en respuesta a solicitud de auxilio por parte del magos supremo encargado de la terraformación del planeta. Una misión de rescate para el Mechanicum. De momento no se arriesgaría mas allá de enviar un contingente de vanguardia sin unidades de Apoyo Pesado. Aunque por supuesto el maestre de la segunda compañía, el Ala de Cuervo, estaba al corriente de la verdadera naturaleza de la misión.
Pero había algo mas. Algo que preocupaba al más anciano de los tres bibliotecarios. Sumergiéndose mas en la red de información, había atisbado unos hilos de información. Tan frágiles que desaparecían al acercarse. Pero estaban allí. No pasaban desapercibidos a los entrenados sentidos del venerable anciano. Sugerían que algo se había despertado en el planeta. Algo ancestral. Algo que no era del reino del Caos. Pero tampoco humano.
Fuese lo que fuese, el Ala de Cuervo estaba a punto de enfrentarse a ello.
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